Pedro , en el paroxismo de la desesperación y ante el alma turbulenta , llena de culpabilidad y algunos resquicios de indiferencia -simpre que nos resulta imposible luchar contra lo imposible se nos presenta cierta indiferencia en un principio disfrazada de cualquier otra cosa - de Francisca, recita unas frases llenas de significado -¿qué cosas no lo son en esta vida?-" Queríamos construir un verdadero trío , una vida de tres bien equilibrada en la que nadie sería sacrificado ; quizás era un absurdo , pero merecía ser intentado. En cambio , si Javiera se comporta como una especie de arpía , si tú eres una pobre víctima , mientras yo me divierto en hacerme el conquistador , nuestra historia se vuelve innoble".
Entre las novelas de la siempre excelente Simone de Beauvoir (1908-1986), La invitada es la más celebrada como obra literaria . La muestra de pequeños fracasos , la envidia, siempre palpable, del éxito ajeno , la falsa liberalidad y el histrionismo hasta decir basta, le dan a susodicha novela un aire de cotidianidad . Una cotidianidad con la que , de algún modo , nos sentimos identificados a medida que nos vamos adentrando en el mundo de sus protagonistas : Pedro , Francisca y la joven Javiera. Un mundo que se va desarrollando en el ambiente tratral de París , en la época inmediatamente anterior a la II Guerra Mundial , un mundo que , con evidentes ecos autobiográficos , nos da a conocer la evolución de un triángulo amoroso desde sus inicios hasta su disgregación . Este es un triángulo formado por dos adultos dedicados al mundo del teatro-Pedro y Francisca- y una jovencita caprichosa de 19 años , -Javiera -a la que decide acoger en un principio en París, Francisca. Es, tal vez , la historia de una "moral de la ambigüedad ", la historia del apego ya maniático que sufren dos adultos hacia una joven recien salida de la adolescencia . La historia de una frágil estructura construída sobre una base triángular . ¿Tal vez se nos deje entrever la hipocresía del conformismo en una relación de esta índole? Ni tan sólo Javiera se salva .¿Cómo lo iba a hacer ella , que precisamente es la gran impulsora de esta desgracia ? Maneja como le viene en gana y deja de manejar de la misma forma . Su aspecto insignificante y etéreo es su mejor arma , su ironía y maldad no se quedan cortas tampoco. Beauvoir nos hace penetrar en el alma de tres seres atormentados , cada uno a su manera , que piden y exigen a la vida , y a los que la vida rechaza en cierto modo para imponerles ulteriormente sus propias leyes. Francisca y Pedro quieren crear su propio mundo , de alguna manera ajeno a todo lo demás , Javiera es una- ¿pobre víctima?-invitada dentro del susodicho mundo . Tampoco se quedará atrás en reflexiones de esta naturaleza el amigo de la pareja y en algún momento amante de Javiera(para pasar a serlo posteriormente de Francisca) , Gerbert. Si al menos fuese Gerbert aquella luz en la vida de la caprichosa y desgraciada Javiera pero ...no. Una novela en la que se aborda la voluntad , la libertad individual , la capacidad de acción y decisión . Una novela en la que se nos hacen cuestiones verbigracia : ¿Cómo conciliar tantos sentimientos y pasiones encontrados ? La frágil estructura llega a su deceso, inevitablemente, mediante un desenlace trágico . Para que Francisca viva , exista , sea consciente de su existencia , la joven Javiera ha de dejar de ser , de existir , de formar parte de su vida, pues sólo así la primera podrá dar con su existencia , con su ser , de manera plena y total. Francisca elegirá por fin , su voluntad se cumplirá por fin . El crimen existirá , puede que el hecho quede sin sanción de los hombres , pero el crimen estará ahí por siempre . Pero ella se elegirá , ella por fin será ante todo .