jueves, 22 de octubre de 2015

Ya no hay Diciembre

Ya no hay diciembre y los días se suceden carentes de sentido esperando sin emoción alguna desembocar en un final que,  posiblemente, no nos salve de la locura,  la tristeza y la amargura.  Ya no habrá ningún día de invierno en el que la decencia y la verdadera felicidad ocupen nuestros días más libres.  No hay,  como casi siempre te he hecho observar,  cosa alguna que nos pueda ya salvar.  Los días,  el tiempo,  se terminan, van agotandose uno tras otro,  irrecuperables, marchitos por la culpabilidad y el hastío más profundos.  La cárcel queda grande,  en cualquier lugar, en cualquier camino por los que tantas veces me he intentado perder.  ¿ Perderse para qué,  si tantas veces me he vuelto a encontrar al borde del abismo y con palabras de rendición que aún no me han ganado?  Ya no hay diciembre en esos días en los que la amistad más sincera se convierte en la mentira más cruel,en los que tantas veces amas tu soledad pero nadie quiere hacer el esfuerzo de creerte.  Ya no hay días tristes en aquellos momentos en los que los amantes más crueles te hacen sufrir hasta el destino aún sabiéndose de antemano que volverán, no sé cuándo, ni sé cómo.  Los días se sucederán con menos angustia y yo daría miles de vidas porque todo fuese de la misma manera.  Con algún cambio, pero nunca alejado del rumbo que mi vida ha de tomar .  Dejadme en libertad.  Yo no estoy hecha para vosotros.  Para vuestras ideas de felicidad, para vuestros proyectos de vida y vuestras alegrías estables.  Yo no estoy hecha para vuestras vidas sino para la mía.  Yo me basto ahí cuando los días de diciembre ya no lleguen, cuando todos me hieran, cuando los amantes maten, cuando el corazón desgarre, cuando todo esté perdido y la muerte te persiga,cuando la esperanza aún esté.  Los días de diciembre se irán.  Se fueron muchas veces.  Pero la esperanza quedará hasta que quede un mínimo de voluntad.