Su asistenta fue como era costumbre desde tantas y tantas mañanas atrás a su habitación y de pronto se lo encontró como no solía estar en ninguno de esos días anteriores ,reclinado en su sillón y esbozando una leve sonrisa en su cara. ¿Es que él , defensor de frases como "la felicidad es sólamente la ausencia de dolor " o "la vida es un mal negocio" quería dar a entender que en realidad fue feliz? Puede. Porque justamente en esta última etapa de su vida fue cuanto mayor éxito consiguió merced la publicación de su obra: "Parerga y Paralipómena".Eso sí , una cosa fueron sus éxitos profesionales , otros los personales. Su vida fue una veradera desgracia o mejor dicho una continua sucesión de desgracias, para que no nos suene tan chocante. Creció la amargura en lo más hondo de su ser porque la relación con sus progenitores no fue nada fácil . Cuando él no contaba con más de 17 años , su padre se suicidó y al intentar buscar consuelo en su madre, Johanna Schopenhauer , famosa pintora y novelista, nunca lo encontró pues por puntos de vista distintos y ambiciones en la vida jamás llegaron a entenderse ( ¿de ahí su carácter misógino?). Ya siendo profesor en la Universidad de Berlín , tuvo que asumir el duro golpe que para él representó que los alumnos prefiriesen las clases de su enemigo Hegel a las suyas. Finalmente se trasladó a Frankfurt , dónde pasó los últimos 28 años de su vida teniendo como única compañía a su perro .
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