miércoles, 19 de noviembre de 2014

tardes color violeta

En aquel lugar acogedor había algún que otro cuadro , de formas ampulososas , rígidas , plateadas e inocentes . Algún que otro retrato que reflejaba verdades profundas pero de las que ninguno de los clientes de aquel lugar eran conscientes . Como si realmente huiberan sido puestos en el lugar equivocado , en una existencia no menos equivocada . Era como cada tarde lo mismo y con la paradoja de que no resultaba ser lo mismo . Con el amargor de la mujer vestida de gris que se sentaba cerca de la ventana que dejaba ver un atardecer violáceo , con el cansancio de la mujer que servía y de aquel hombre con ya bastantes años e historias tras de sí que poder contar mientras observaba a su clientela sentada en incómodas sillas que se tildaban de modernas. Y era como todos los días lo mismo sin ser ni por asomo lo mismo . Y ahí estabamos , dos desconocidos muy conocidos observando a esas personas , observando a la misma vida , así , como ella se presenta a veces , simple , sencilla y compleja en su sencillez . Y ninguna de aquellas personas fueron conscientes ni por asomo de que entre aquellos cuadros de bordes plateados había uno que destacaba sobremanera , al menos para mí , no para mi acompañante metido en cavilaciones acerca del curso de las contingencias de  lo aburrido. No era más ni menos que la imagen de un árbol , desconozco cuál , pero siendo él una mística y perfecta representación de una verdadad no verdadera , porque cada una de sus raíces era , concienzudamente , una verdad más que se extendía hasta un infinito desconocido , por mucho que la mujer que apareciera delante de él y de mí dijera que las personas conocen el infinito . ¿Quién era ella? Una aparición , una persona cualquiera , un fantasma que siempre aparece enfrente de mí cuando quedo para jugar a llevar una vida menos solitaria . Aparece siempre para que quien está a mi lado en un momento -siendo malo , siendo bueno - ella pueda hacerme ver que yo no les importo menos que nada , menos que todo. O tal vez sea una simple mujer , joven , de entre treinta y treinta y cinco , que  hace su trabajo de todos los días y se sorprenda cuando me ve , del mismo modo , a horas parecidas , con diferentes almas desgraciadas , contando mil mentiras que expresen absoluta felicidad , absoluto descontento . De todas maneras , ella no es el problema trascendente de una tarde otoñal , sino aquellas raíces llamadas diversas verdades que se extienden durante una vida entera . Verdades que harán que una vida , mi vida , tenga una historia aún cuando yo creía que nunca la tendría . La tiene , sólo que es confusión de miles de tardes de esta forma .Y aquel acompañante metido en cavilaciones acerca de mil y una contingencias que tal vez en su ilusión tomara por necesarias , alzó la mirada,  tomó conciencia de mi tomar conciencia extrema de la realidad que me envolvía , con una mujer de aspecto trágico viendo un atardecer color violeta y con un hombre que servía  mientras escuchaba nuestra interesante conversación acerca de una y mil verdades que en poco más de unos días se desvanecerán. En momentos así no se pueden articular palabras que merezcan la pena ser recordadas , porque caen en el olvido , pero lo vital son las circunstancias , siempre parecidas , que te enseñan que pensandolo mejor no te has defendido tan mal , tal vez si lo hubieras hecho de otra manera hubieras podido quitarle cualquier viso de tragedia al asunto , pero si fue así fue porque a veces es más sabio callarse lo que ya es obvio.  En momentos así , de atardeceres violáceos, es cuando se puede aparcibir en su totalidad de que la vida desarrolla en su seno intensas complejidades , al menos para quién las esté viviendo . La vida se presenta como un Todo que no es más ni menos que un estar siendo dejando de ser , porque así ha sido siempre , para mi desgracia y para la de mi memoria , tan desmemoriada siempre y sin posibilidad de cambio. Porque el archivo de la memoria es complejo de crear , de mantener , hasta que no sucede algo trascendente que pueda albergarse dentro de ella y entonces es cuando comienza la verdadera historia de tu vida , que más de una vez puede hacerte caer en la mayor de las desesperaciones . ¿De qué tomó conciencia quien me acompañaba ? De mil y una cosas que no se dicen con palabras y de mi propio darme cuenta de las cosas ; un darse cuenta inocente pero a la vez protector ,ágil  y dulce . Y ese darse cuenta no fue otra cosa que descubrirme a mí misma ante los demás . un sentirse libre , pero a la vez perdida . Tanto o más perdida que aquel señor entrado en años cuya historia debía de ser muy interesante pero que se entretenía escuchando la nuestra . Pero la nuestra ,¿ qué originalidad tenía si yo ya la había repetido en circunstancias parecidas con alguien parecido hace ya un tiempo parecido  ? La originalidad estribó en que eran mentiras diferentes , a una hora diferente , en un lugar diferente , pero en circunstancias parecidas . Y eso fue tan válido , que posiblemente no haga otra cosa sino confundirlas en el registro de mi memoria durante los próximos días que dure mi eterna confusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario