"La guerre amoreuse" y reflexiones sobre lo erótico.

Es uno de esos lugares donde el tiempo no pasa y si pasa lo hace lentamente , tan lentamente que ninguno de los presentes en aquel lugar se percatan . Todos ellos están mucho más atentos a los secretos que les puede desvelar cada página que pasan, cada frase que intentan asimilar , cada letra que se les queda grabada para siempre en sus retinas . Me refugio en ese lugar de: ¿sabios?, ¿charlatanes? ,¿lectores asiduos a desconectarse de la realidad a esas horas de la tarde ?, ¿depresivos? , ¿amigos de lo imaginario? Bah , tienen demasiados nombres y ninguno . Tanto me da . No los conozco y no me conocen . Tal vez ese tipo que esta siempre detrás del mostrador con cara de nostalgia ...esa nostalgia de haber perdido algo que nunca más pueda recuperar , tal vez él me conozca tan sólo un poquito , y eso ya es mucho. Pero bueno , como no es algo que me quite el sueño por las noches , le tiro un par de libros en el mostrador y le pongo mi cara de angelito quinceañero.Y nada , salgo de ahí (no creo que tarde mucho en volver) con un par de novedades de la benemérita :"La guerre amoreuse" de Jean -Marie Rouart( de este nada sé , lo compro sólo por comprar y porque Ana adora marearme con el susodicho ) y "Una mujer soltera" de Mary Danby, que ni por título ni por contraportada lo he comprado ; sólo por el ¿vicio? de comprar . Y entonces pasa.

Inmediatamente comienzo a leer la primera novela (la del Rouart). Los primeros capítulos me entusiasman, desbordan mi ya ,de por sí sola, desbordante imaginación y me recuerdan a no sé cuántas situaciones estúpidas de mi corta vida.  Bueno , el argumento es el sigüiente:un crítico literario y director de una revista de arte viaja desganadamente a Finlandia a impartir una conferencia y allí conoce a una joven estudiante de origen ruso con la que inicia una tormentosa relación.(últimamente sólo me topo con libros de esta índole). La maldita  obsesión erótica del protagonista ( y digo maldita como podría decir bendita )recuerda a la del Humbert  nabokoviano o a la del Dino de Moravia ("El tedio"). Al narrador no le falta sentido del humor y consigue en sus mejores momentos verse con cierta distancia irónica. Al final, la novela se derrumba estrepitosamente: se pone grave, seria, sentenciosa (habría concluido bien al terminar la segunda parte, pero el autor se empeñó en contar toda la historia; buena lección sobre cómo una buena narración puede echarse a perder si no se sabe cuándo acabar, lo sé soy endiabladamente perversa con el autor).Y una vez terminado el libro me quedo como estaba . Eso más o menos hasta pasadas dos horas . Entonces me imagino , sin quererlo, a ese tedio que llega sin avisar pero que ya estaba instalado enla  vida de muchos antes de reconocerlo.El tedio de la pasión erótica .En realidad creo que no hay nada que aburra más a las personas qe eso (ah , ¡y yo qué sabre !). Divagaciones aparte , voy hasta mi, por qué no decirlo , extensa biblioteca y cojo uno de los libros al azar . Y sale "El Tedio " de Moravia .¡Vaya! Justamente uno de los libros que más odio y que más admiro. En realidad ese libro llegó a mi vida por accidente . Pero bueno , una vez leído ( eso ya en su día ) me quedé con ese sabor de boca amargo , ese "muy bonita tu historia plagada de erotísmo pero..." pero claro , porque siempre hay un pero . Moravia , ¿qué te hubiera costado seguir divagando sobre el tedio con tu personaje Dino? ¿Tanto hubiera costado? Entonces voy y lo arrojo hasta la chimenea y llamo a uno de mis amigos sólo para reflexionar sobre el "tedio" . Y Marcos , que estaba dormido a estas horas , se pone a reflexionar conmigo por teléfono (no sin antes llamarme loca ) sobre - no lo tedioso- sino sobre lo erótico . Lo erótico concebido como la capacidad para conocerse a uno mismo . Y a esas horas de la noche me recuerda más a una explicación freudiana que a una charla con el amigo que nunca existió.