miércoles, 13 de marzo de 2013

. Jane Seymour,el verdadero amor de Enrique VIII

Annabelle Wallis como J. SEYMOUR (Los Tudor)
A día de hoy , el carácter y  temperamento de Jane Seymour, la tercera de las esposas de Enrique VIII,  sigue siendo un  verdadero  enigma para los historiadores. La imagen que la Historia trasmite de ella es de lo más prístina ,  es  la imagen de una santa, una mujer virtuosa y sumisa, modelo de dama Tudor por excelencia, todo lo contrario a su antecesora, la temperamental Ana Bolena. Muchos arguyen  que era sosa, sin voz ni voto, una pieza clave del tablero de ajedrez que urdían los Seymour y sus partidarios para lograr la cima del poder. Pero, no infravaloremos , pues  quizá era más lista de lo que imaginamos. De hecho, llega a ser más bien irónico que se haya aventurado en el mismo juego de seducción que Ana: rechazaba los avances de Enrique VIII, sus regalos y proposiciones, pero al mismo tiempo no se alejaba de su presencia. Sólo hay que fijarse que cuando Ana Bolena estaba a punto de ser ejecutada por adulterio y traición, Jane elegía su vestido de novia, alejada de los turbulentos acontecimientos.

  Lady Jane actuó defendiendo su honor por encima de  todas las cosas, rehusándo  recibir dadivas  del rey Enrique ,que por aquel entonces aún seguía casado con Ana Bolena. Si Jane accedía a convertirse en su amante, su honor quedaría en entredicho y sería pues muy difícil más adelante hallar un matrimonio honorable y ventajoso. Pero claro que su conducta era parte de una maniobra: podría resultar especialmente atractiva ante los ojos de Enrique VIII; ya que el monarca acogía de buen grado una dama que velara por su virtud y se mostrara comedida ante el galanteo de un caballero. Además, el juego del cazador que no logra atrapar del todo a su presa estimulaba a Enrique VIII sobremanera y ayudaba a mantener encendida su llama del amor.  De todos modos , eso fue lo mismo que Ana Bolena hizo para llamar la atención del rey , por mucho que Ana no tuviera ese estado de pureza inicial...
Jane llegó a la corte inglesa como dama de compañía de la reina Catalina de Aragón. Sin embargo, no mucho tiempo después Ana Bolena fue coronada reina.

En septiembre de 1535, Enrique VIII se alojó en la residencia de la familia Seymour en Wiltshire, Inglaterra. Es posible que haya sido allí done  el rey se fijara en ella. Pero no fue hasta febrero de 1536 que su interés por Jane se volvió más evidente. Para entonces el monarca no ocultaba su desinterés por Ana, y Jane era la candidata perfecta para reenplazarla como reina.

Jane tenía alrededor veinticinco años cuando atrajo la atención del soberano por primera vez. Según las descripciones de la época, era "una mujer de sumo encanto tanto en el aspecto como en el carácter". Pero otras fuentes sugieren que parece probable que el encanto de su carácter superaba considerablemente en encanto de su aspecto. Chapuys, el embajador español, la describía de"estatura mediana y no de gran belleza”,. Su rango más distintivo era su famosa tez "blanca pura”(mas bien pálida). Según Holbein, retratista de la corte, tenía una gran nariz y una boca firme, labios apretados, pero una cara de forma oval con una frente alta tan apreciada en aquel tiempo. La impresión predominante en sus retratos es ante todo el de una mujer sensata, además de virtuosa y poseedora de una reputación impecable.

Enrique VIII empezó a cortejarla y a regalarle costosos obsequios que siempre devolvía. Además sus hermanos, Edward y Thomas Seymour, fueron promovidos en la corte. Edward, por ejemplo, había sido nombrado  miembro de la cámara privada, un honor que indicaba por donde iban los tiros.

Jane se echó de rodillas y, besando la misiva real, le dijo a su mensajero que recordara que ella era " una gentil dama de linaje recto y honorable y sin mancha", por encima de todo estaba su honor. Si el rey se dignaba hacerle un obsequio de dinero, rogaba que fuera cuando ella tuviera un matrimonio honorable. Lejos de sentirse desilusionado, el soberano se sintió encantado con ese rechazo. En abril de 1536, Edward Seymour, hermano de Jane, y su esposa cambiaron sus habitaciones por unas que tenía paso directo a unos aposentos del rey, así Enrique podía visitar a Jane de una forma más discreta y privada. Chapuys se refería a ella diciendo que había sido bien enseñada por aquellos "íntimos del rey que odian a la concubina" para que no satisfaga los deseos del monarca "salvo por la vía del matrimonio".
 
Cierto día, el embajador Chapuys se enteró que Enrique VIII andaba obsequiado a una tal “señorita Seymour” y  que semejante conducta había provocado el aborto de Ana Bolena. Según Fraser, había una historia de una fecha posterior en la que reina Ana encontró a la señorita Seymour sentada sobre las piernas de su esposo; “reprochando” eso al rey, la reina Ana culpó de su aborto a ese desafortunado descubrimiento. Se decía que había habido “muchos arañazos y golpes entre la reina y su doncella”.
 
 
El deseo del monarca de casarse con Jane aceleró las falsas acusaciones de adulterio contra la reina Ana. La reciente muerte de Catalina de Aragón también contribuyó para considerar su decisión. El monarca estaba dispuesto a deshacerse de su actual esposa a toda costa, y la presencia de Jane fue el detonante para llevar a cabo sus propósitos.  Durante el cautiverio de Ana Bolena en la Torre, el rey se dejó ver poco por lo entornos cortesanos. No iba más allá de los jardines de York Palace, exceptuando cortas excursiones en el Támesis al caer la noche, en las que disfrutaba a lo grande los banquetes con las damas en su barca para regresar después de medianoche. Además, Jane Seymour estaba viviendo en una residencia cerca de Hampton Court, donde Enrique podía ir sin problemas a visitarla empleando su cómoda barcaza. Se comportaba, según Chapuys, "como un hombre que se hubiera librado de un jamelgo flaco, viejo y fiero con la esperanza de volver a tener un buen caballo para cabalgar en él". 
Se sabe que, en los meses previos, durante la caída de Ana, Jane había recibido consejos continuos de Carew. También de otros miembros del consejo. Jane parecía que tenía la lección bien aprendida y era muy firme en su idea.
-          Durante el arresto de Ana, Jane fue enviada a Beddington, la casa de Carew, y fue también Carew quien la trajo de vuelta a la capital el 14 de Mayo, a la casa de Thomas Moro, que estaba junto al rio.
-          Jane era reina en todo salvo en nombre. Servida por los mejores sirvientes de Enrique. Nada más recibir la noticia de la muerte de Ana, Enrique tomo la barca para poder ir a visitar a Jane.

La desgracia de Ana fue haber abortado por segunda vez, haciendo que el monarca perdiera todas las esperanzas que diera a luz a su ansiado hijo varón. El rey estaba convencido que si se libraba de Ana y se casaba legítimamente con Jane sería posible engendrar su deseado heredero. Ana Bolena fue declarada culpable de todos los cargos que se le imputaban y condenada a muerte. Fue ejecutada por la espada del verdugo el 19 de mayo de 1536.
Contrae matrimonio con Enrique VIII el 30 de mayo de 1536 . A diferencia de lo que pudiera pensarse , Jane no simpatizaba nada bien con el protestantismo ya que era una ferviente devota católica . Es ella la que también intenta hacer que las relaciones entre Enrique y la hija que éste tuvo con Catalina de Aragón , María Tudor ,  prosperen . Y lo consigue en cierto modo. 
Jane es la madre del único hijo superviviente de Enrique VIII, Eduardo VI, considerado en cierto modo como el primer gobernante inglés protestante , susodicho protestantismo se moderaría dando lugar al anglicanismo.


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