
Luz apacible, guíame tú por entre la tiniebla en derredor:
guíame tú.
Es noche oscura, lejos del hogar estoy:
guíame tú.
Cuida mis pies; yo no te pido ver
lejanos horizontes: con un paso me conformo.
No siempre he sido así, no siempre te pedí
que me guiaras.
Quise yo mi senda ver, escogerla yo quería; mas ahora
guíame tú.
Luz radiante quise yo y, a pesar de mis temores,
apresó mi voluntad el ciego orgullo, no recuerdes esos años.
Hasta hoy tu poder me ha bendecido: seguro
que aún me guiará
Por entre parameras y marjales, peñascales, torrenteras,
hasta que la noche pase
y, cuando despunte el alba, caras de ángeles me sonrían; esos ángeles
que he amado desde siempre y perdí por un instante.
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