Mi muy estimado señor :
Hará algún tiempo me preguntó usted cuál era el sentido de toda esta
existencia tan extraña que es la del ser humano . ¿Consejos para afrontarla ?
Mil y uno , pero depende de cada uno así como de su voluntad para llevarlo a
cabo . Me decidí a escribirle la respuesta esta mañana , de forma pública ,
pues no es mi intención hacerlo en hojas de oro que nunca lleguen a su destino.
No obstante , el sino es adverso porque cuando ya tenía todas las
respuestas a sus preguntas, más que metafísicas , se me escaparon volando por
la ventana, que estaba abierta de par en par . Entonces recordé sus consejos
para hacer esta vida más agradable , y por ello le contestó con lo que usted me
dijera una vez.
Creo , estimado señor , que me dijo usted que con el correr del tiempo
aprende uno más que nunca y día a día lo que significa dar una mano y socorrer
a un alma necesitada , pero claro , eso de socorrer también tiene un límite pues
no hemos de dejar que los demás se aprovechen de nuestra bondad . He de decir
que en su día no le entendí a usted pero ahora ya comprendo más o menos por
donde van los tiros , si es que se me permite la expresión.
Dijo usted ¡gran eminencia!, citando a aquel dramaturgo , que cuando se
expone uno demasiado al calor del sol , se acaba quemando , y eso tampoco se lo
voy a negar .
Para usted , el madurar , se adquiere con la experiencia, que es esa cosa
que se adquiere con los años vividos y los que aún nos quedan por vivir.
Tampoco el amor consta para usted de besos , promesas y caricias infinitas
. No, pues eso pronto se termina . Creo recordar que el amor era esa
complicidad indescriptible entre dos personas , el apoyo , la confianza , la
amistad y así podría seguir citándole mil cosas más.
¿La confianza ? Se construye poco a poco , con el pasar del tiempo y cuando
las personas nos son verdaderamante agradables y queridas , mas, ¡ay!, muchas
veces basta una sola acción equivocada para romper todo lo que tanto nos costó
tejer en hilos de oro . Y añadió , si no recuerdo mal, que no confiara en
todos , pues los hay con malas intenciones . ¡Mi amigo hipócrita! ¡Qué buen
consejo me ha dado usted !
¿La amistad ? No difiere mucho de la confianza , pues si bien uno llega a
la amistad mediante la confianza ,ésta es de suma importancia para que exista
amistad entre dos personas . He de reconocer que no eran estas sus palabras
exactamante, pero difícil me es recordar tales entresijos.
A veces pienso en todo lo que usted me dijo y llego a la conclusión de que
son los ingredientes para ser una buena persona o al menos para conducirse
rectamente en esta vida . ¿Qué hay más opciones ? Por supuesto , pero cada uno puede elegir las que le son más afines .
Tampoco importa mucho para usted el lugar de destino al que nos dirigimos
sino más bien el camino recorrido , importa realemente esa buena voluntad que
tienen las personas para realizar las cosas (por supuesto , viniendo de usted
...) Y la vida en suma , es maravillosa .
Pero entonces , ¿Cuál es el problema que le atormenta a usted últimamente ?
Me cuesta creer que una persona de su idiosincrasia se vea desde no mucho
atormentada por las dudas , los miedos y esa cosa a la que llaman sinsentido .
Pero tenía que ocurrir , al menos una vez en esta vida . Puede que no una sino
dos .
Ayer , con el redoblar de las campanas , ya sabe usted , no las que
oigo desde mi casa , sino las del centro , vine a saludarle más que nada porque
echaba en falta una mano amiga , pero ya no le encontré , y al preguntar por
usted lo único que me dijo aquella mujer tan deprimente que siempre se burla de
todo el que ve ,es que usted había perdido la fe . Y se rio . Me reí yo más aún
por ser mentira.
Y quise gritar , no una , sino mil veces : ¡La felicidad existe , pero no la busque usted allí!
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