sábado, 10 de mayo de 2014

De cenas va la cosa .

Pedro González Calero cuenta en su libro "Filosofía para bufones" una anécdota llena de sentido del humor y tal vez algo de sarcasmo que le acaeciera al filósofo francés René Descartes (1596-1650). Se cuenta que cierta noche el conde de Lamborn se encontró en uno de los mejores mesones de París con el afamado filósofo . Al conde en cuestión le extrañó que una persona como Descartes y no por el hecho de ser quien era sino más bien por ser filósofo anduviera por aquellos lugares alimentándose de tan opulentos banquetes (claro está , a los filósofos hay que asociarlos con banquetes más bien frugales , si es que se les puede denominar banquetes ). Mientras aquel conde estaba pensando todo esto , Descartes no ocultaba su fruición al dar buena cuenta de un faisán . El conde le dijo entonces :
- No sabía que los filósofos disfrutaran de cosas tan materiales como estas.
Respondiole entonces Descartes (seguramente con cierto cabreo tras la intromisión y la desfachatez de aquel tipo. )
-¿ Y qué pensabais , que Dios hizo estas delicias para que las comieran sólo los idiotas?

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