Yo creo que la historia más conocida sobre esta fantástica y curiosa criatura es la que tiene por protagonista al rabino Rabbi Judah Loew , que con el designio de proteger el gueto de Praga de los ataques antisemitas decidió dar vida a esta criatura en las orillas del Moldava , una noche oscura . Hete aquí que el Golem fue bueno el tiempo que tuvo que serlo pero día tras día iba aumentando de tamaño y volviéndose más agresivo hasta que el protector del gueto se convirtió en el mayor asesino.
La novela de Meyrink se basa en susodicha leyenda pero siendo un claro precedente del expresionismo , de Kafka y del surrealismo (más que nada porque tiene su encanto ).
Esta es la inusitada odisea del principal protagonista : Athanasius Pernalth , que sin recordar nada sobre su pasado , se ve de pronto involucrado con varios personajes muy parecidos a él . Lo cierto es que la novela tiene su complejidad si uno se descuida desde el principio pues es como si de reconstruir un puzzle se tratara , un rompecabezas que habrá de intentar reconstruir el lector con su atención sin ninguna duda .
La narración de los hechos , todos ellos extraños , corre a cargo de protagonista , lo que hace que experimentemos todos estos sucesos desde su perspectiva , una perspectiva que pudiera parecer la de un loco pues todos sus amigos le esconden su pasado debido a sus posibles problemas mentales , pero seamos francos , si no fuera por eso no se notaría mucho. La guinda del pastel lo ponen las recurrentes leyendas antiguas que se dan en la obra así como el misticismo judío y la idea de un mundo inteligible más allá de la realidad palpable . Mucho sueño y mucha vigila en esta deliciosa obrita. Una obrita de la que no puedo comentar mucho más porque apenas estoy por la mitad , pero promete , como buena obra con tintes expresionistas , no dejar indiferente a nadie .
Cuentan que cada 33 años se aparece el golem en el gueto judío...y parece que esta vez se ha adueñado de Athanasius.
Unas cuantas curiosidades:el mismo año en que se publicara la novela , 1915 , se realizó la película basada en el libro a cargo de Henrik Gallen y Paul Wegeneres.
Y también Jorge Luís Borges en su obra "El otro , el mismo" le dedica un poema(precioso) al Golem .
Que os dejo a continuación
El Golem
Si (como el griego afirma en el Cratilo)el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de la Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo:
Esto es mi pie; esto el tuyo; esto la soga
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. ¿Cómo (se dijo)
pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?
¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?
En la hora de la angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
(Jorge Luís Borges)
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