Aguas crueles , venid a mí.
Leteo, cuna del olvido, monstruo de garras afiladas ;
quiero enterrar los recuerdos dentro de la profundidad de tus aguas.
En la espesura de tus abundantes recuerdos de almas ya perdidas.
Quisiera esconder mi cabeza entre tus aguas perfumadas,
dormir en tus orillas .
Y dejar que mi destino se convierta en la delicia que tanto te anima a fluir.
Leteo, señor de doloridas aguas, señor de mis recuerdos.
Yo quiero dormir, soñar , tal vez no ser.
Quiero un sueño dulce al que pueda amar en el silencio de la noche.
¡Yo quiero soñar! Soñar que ya no sueño.
Yo quiero soñar ; soñar que la vida no es más que un sueño.
Leteo, ¿pero a quién imploro?
¿Serás tú dueño de mis recuerdos?
¿Ahogarás tú mi mortal melancolía?
¿Cuánto tiempo más tendré que agunatar este sueño?
Y porque te tengo miedo, por eso te esquivo.
Y porque te deseo a mi lado, por eso te imploro.
¿ Volverá a describirte aquel Poeta alguna vez?
¿Volverás a conocer todos mis recuerdos con tan sólo el resplandor de tus frías y verdes pupilas?
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