Subí aquellos pocos peldaños acompañada todavía de las palabras indiferentes que aquel señor estuvo diciendo en un escueto momento , en un escueto escribir. Ellas todavía se mantenían detrás de mí y tal vez lo hicieran durante los próximos meses desapareciendo con el paso del tiempo la intensidad del dolor que me provocaron en su momento,pero no por ello quedando definitivamente en algún lugar apartado de mi memoria.
Yo no me volví para verlas . Intenté abandonarlas en el andén . Al menos por entonces consciente de que se las arreglarían para volver a mí.
Entonces el tren arrancó meciendo un adios que intentaba ser para siempre; un :" tal vez nunca regrese". La velocidad de éste y del viento, que se encargba en ese momento de ser su gran compañero, iba borrando posibles recuerdos , posibles dolores. Tomé asiento en uno de los últimos vagones . Esta vez me había escapado de él para siempre . Ni él me encontraría , ni yo me seguiría escondiendo. Observé a mi compañero de viaje. Una vieja maleta polvorienta era lo único que llevaba por compañera en este largo viaje que le dejaría en cualquier lugar que tal vez él no conociera , que tal vez no esperase. Sus ojos estaban fijos en alguna parte pero de alguna forma ya perdidos en el absurdo de la vida , del porvenir y de todas aquellas preguntas que nunca le serían contestadas. No quise imitarle. Conocía el efecto que ello produciría en él; de eso estaba intentando huir yo. Intuía que el muy desgraciado personaje estaba intentando captar alguna sensación que le fuese agradable , algo que le ayudara a seguir con su gran farsa.
De pronto el tren se balanceó suavemente sobre aquellas vías que no tenían un fin conocido , un trayecto ya planificado. Entonces fue cuando se abrió la puerta del vagón y entró él . Vestía de negro , su color habitual ; pero tal vez esta vez fuera aún más acentuado si cabe . Aún más mortuorio. Colegí que había estado burlandose de la gente como hacía siempre y que, habiendose dado cuenta de mi voluntaria desaparición me buscó infatigablemente para castigarme , pues , nadie conseguía desaparecer de su presencia para siempre. Buscó con la mirada mi presencia . Intento agarrar con sus manos uno de los suspiros que se perdían en el aire más no logró verme . Ni tan sólo sentirme . Se llevó a mi compañero contentandose con otra inocente víctima a la que aterrorizar , quizás , el resto de su vida . Quise sentirlo por él. Pero ya no había nada que hacer . Todo había terminado y ya nunca volvería a buscarme . No mientras yo quisiera evitarlo . No mientras él , el terrible Miedo me fuera indiferente.
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