martes, 13 de marzo de 2012

La estrella en tu ventana .

Mi amiga la estrella  es un gran descarada; esta noche  la observé desde mi ventana y ví como con celeridad nunca antes vista se subía a mi tejado...y yo , yo he tenido que ir a buscarla , pedirle que se bajara y llevarle de vuelta a su sitio. Pero mi amiga no se ha dejado . Eran las diez y media cuando fuí a implorarle que bajara , que me hiciera caso .Era hora de dormir . Pero estrella no se ha dejado. Estrella se marchó para que no la obligara a hacer lo mismo que el resto de sus brillantes hermanas , ella era distinta , extraña y solitaria . Estrella marchó y al poco yo fui en su busca .Era ya bien entrada la noche . El cielo estaba dividido en colores y colores pero sobre todo predominaba en la parte izquierda la completa oscuridad mientras que en la derecha , y como si de una señal se tratara , todo él estba recubierto de brillantes y centellantes puntos ; sus hermanas las estrellas . Todo ello era muy extraño. Pero por más que la buscara, mi amiga ya no estaba. Pregunté a las nubes y no supieron qué decirme ,pregunté a sus hermanas que se rieron de  la muy pobre , le pregunté a la luna solitaria y me dijó que la muy desdichada descendió del cielo porque se sentía triste . Fuí en su busca preguntando a todos los pájaros y a todos los árboles. La llamé pero no me contestó. Entonces se me ocurrió mirar hacía tu ventana , aquella , mi querido amigo , que no abres desde que nos enfadamos por una de las tonterías tantas veces dichas y reiteradas . Y, ¿Qué crees? Venía ella en mi nombre a pedirte perdón . No te enfades con ella, la muy pobre es una niña que se equivocó. Mi querida estrella sólo quería a alguien con quien hablar de vez en cuando , sólo quería hablar con Amistad ...tú preferiste cerrarle la ventana y la muy pobrecita jamás pudo decirte que todo era una equivocación y que lo siente en el alma , mi querido amigo , el que nunca lo fue . Y estrella prefirió marchar .

Mi amiga estrella es una gran descarada ; esta noche la observé desde mi ventana y ví que con celeridad nunca antes vista se subía a tu tejado , a pedirte perdón. Y a decirte que nunca volvería a hacerte tanto daño.

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